LICENCIA PARA AHORRAR.
¡Austeridad! Ése es el comportamiento que está marcando el día a día de una empresa. Saber qué necesidades de gasto tiene, en qué gasta y con qué objetivo.
En tiempo de bonanza las empresas que mejor afrontan las crisis gestionan el orden y los costes en los buenos tiempos como si se estuviese en crisis, además de tomar medidas con criterios de rentabilidad sobre procesos, productos y clientes.
La experiencia empresarial aconseja que las medidas de ahorro sean aquellas que miran hacia el medio y largo plazo, ya que las que se adoptan de forma precipitada -aunque puedan ser efectivas en el momento, por ejemplo la reducción de personal- no son las más rentables a largo plazo.
Ahorro eficiente no es sinónimo de tacañería. Los costes recortables son los que aportan poco valor al cliente y nunca se ha de recortar en actividades de marketing y ventas, que son parte de las que nos deben ayudar a aumentar la intensidad de nuestra presencia en el mercado.
Por último conviene recordar dos aspectos importantes en la gestión de costes; primero que las políticas de ahorro deben hacerlas suyas también los empleados de una organización y que, paradójicamente, para ahorrar es necesario invertir en tecnología.